¿Cultura del esfuerzo o cultura de la frustración?




En esta sesión hemos debatido por grupos y después, compartido con el resto de la clase reflexiones sobre diversos temas.
En mi grupo, concretamente, hemos abordado la "Cultura del esfuerzo" a partir del ejemplo de Corea del Sur, donde los alumnos estudian y trabajan hasta la extenuación y aun así, muchas veces no llegan a lo que se les exige, y de España, donde podríamos definir que hay una "cultura del conformismo" establecida.
Aunque nuestro primer pensamiento fue un sí rotundo a la cultura del esfuerzo, cuando nos detuvimos a reflexionar también encontramos inconvenientes al establecimiento arbitrario y sin control de este sistema.
Creemos en la diferencia entre crear personas con motivaciones y aspiraciones, que luchen y se esfuercen por mejorar y por alcanzar sus metas y entre personas inconformistas que no estén satisfechas con absolutamente nada, como es el caso de los estudiantes de Corea del Sur donde da igual lo que hayan conseguido, da igual las notas que hayan alcanzado que nunca estarán conformes, siempre creerán que podrían haberlo hecho mejor.
En definitiva, educar personas para que sean inconformistas puede desencadenar en la educación de una persona potencialmente frustrada que, pudiendo llegar a un caso extremo, podría desencadenar en episodios dramáticos como es el intentar acabar con su vida como es el caso de algunos estudiantes de Corea del Sur.
Por tanto, ¿cultura del esfuerzo sí o no? Sí, pero con muchos peros. Cultura del esfuerzo controlada, adaptada a las aspiraciones y metas de cada persona.
Queremos una sociedad de personas inquietas, no frustradas.

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