Un nuevo organismo para gestionar la educación
En esta sesión profundizamos un poco sobre "El Libro Blanco de la Profesión Docente". Por parejas nos asignaron propuestas presentes en este libro para que reflexionásemos sobre ello e hiciésemos una puesta en común.
Nosotros nos centramos en la posible creación de un "Consejo Pedagógico del Estado". El Consejo Pedagógico del Estado se encargaría de asesorar para mejorar la calidad de los proyectos educativos.
Desde el primer momento, estuvimos de acuerdo en que la creación de este nuevo órganos sería beneficioso para la gestión de la educación.
Propuestas como que la relación entre la Universidad y los centros de enseñanza tendría un contacto real o que se informaría a la sociedad de por qué se estudian determinadas asignaturas y para qué sirven. Comunicar esto a la sociedad haría que el prestigio de la educación aumentase y, por tanto, la opinión de la sociedad en general.
Sin embargo, en otros aspectos nos parecía que los objetivos del Libro Blanco eran un tanto utópicos y de difícil implantación como por ejemplo la instauración de mejoras materiales en todos los institutos que, a corto plazo, se haría imposible debido a razones de índole económico; también por esta razón, creemos que la formación y evaluación continua del profesorado también supondría un desembolso muy elevado que no creemos que el Estado pueda asumir para abarcar todos los institutos de todo el país.
Pese a esto, consideramos que se trata de una muy buena iniciativa cuya implantación a largo plazo no haría sino traer beneficios al sector educativo.
Nosotros nos centramos en la posible creación de un "Consejo Pedagógico del Estado". El Consejo Pedagógico del Estado se encargaría de asesorar para mejorar la calidad de los proyectos educativos.
Desde el primer momento, estuvimos de acuerdo en que la creación de este nuevo órganos sería beneficioso para la gestión de la educación.
Propuestas como que la relación entre la Universidad y los centros de enseñanza tendría un contacto real o que se informaría a la sociedad de por qué se estudian determinadas asignaturas y para qué sirven. Comunicar esto a la sociedad haría que el prestigio de la educación aumentase y, por tanto, la opinión de la sociedad en general.
Sin embargo, en otros aspectos nos parecía que los objetivos del Libro Blanco eran un tanto utópicos y de difícil implantación como por ejemplo la instauración de mejoras materiales en todos los institutos que, a corto plazo, se haría imposible debido a razones de índole económico; también por esta razón, creemos que la formación y evaluación continua del profesorado también supondría un desembolso muy elevado que no creemos que el Estado pueda asumir para abarcar todos los institutos de todo el país.
Pese a esto, consideramos que se trata de una muy buena iniciativa cuya implantación a largo plazo no haría sino traer beneficios al sector educativo.
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